CoVID-19: Amenaza Inminente
- Ricardo Santos
- 3 mar 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 23 mar 2020
El CoVID-19 (Corona Virus Infectous Disease 2019) es un tipo de enfermedad respiratoria severa causada por el ahora llamado Coronavirus de Wuhan.
Es el séptimo exponente de la familia Coronavirus, una muy antigua, pero cuyos últimos tres miembros han aparecido en este siglo, generando grandes epidemias en 2002 (SARS), 2012 (MERS) y la presente; no debemos confundirla con la familia Adenovirus, la cual incluye los virus causantes de las pandemias de Influenza de 1918 (Gripe Española) y de AH1N1 en 2009.
La expansión del virus por todo el globo terráqueo ha elevado al máximo las alertas de todas las organizaciones sanitarias internacionales, por lo que ya se habla de una pandemia, entendida como una epidemia de grandes proporciones.
Lastimosamente, no contaremos con una vacuna contra este mal hasta dentro de varios meses, quizás dentro de un año, por lo que se impone tomar otro tipo de medidas a fin de reducir sus devastadores efectos.
Inicialmente, la enfermedad se manifiesta como cualquier resfrío, esto es, con alza térmica, tos seca y estornudos, los cuales pueden ser no muy exigentes, pero siempre acompañados de gran malestar general.
Con el correr de las horas y días se agrega progresiva dificultad respiratoria, expresando ya una neumonía, la que suele ser severa y comprometer la vida, especialmente en personas cuya inmunidad se muestre más vulnerable.
Como en tantas otras enfermedades virales, y en especial la Gripe o Influenza Estacional, esta entidad va precedida por un período de incubación de 1 a 2 semanas, tras tomar contacto con la fuente de contagio. Esta suele ser la expulsión de microgotitas al momento de toser, estornudar o incluso hablar por parte de otro paciente infectado, antes llamadas Gotitas de Flugge.
Las microgotitas expulsadas por el individuo transmisor ingresan al cuerpo del nuevo paciente tras impactar con cualquiera de sus mucosas: oral, nasal o incluso ocular. Uno puede aspirarlas o conducirlas hacia si por medio de las manos no lavadas, lo que explica la necesidad de aislar a los pacientes afectados y que la población se proteja mediante el uso de tapabocas, máscaras e higiene constante con agua y jabón.
Cabe mencionar que una vez fuera del cuerpo, el coronavirus puede permanecer en condición contaminante por algunas horas o incluso días, dependiendo del clima en que nos encontremos. En zonas cálidas el virus parece inactivarse rápidamente, pero en climas fríos, como ocurre actualmente en el hemisferio norte, puede subsistir por casi una semana. Es por ello tan difícil controlarlo en Asia, Europa y América del Norte, por lo menos en este momento del año.
Sabedores que en nuestro pais se aproximan las estaciones frías de otoño e invierno, es lógico suponer que la distribución actual del coronavirus se habrá de invertir, y que tendremos que soportar esta pandemia sin contar con una vacuna ni tratamiento específico.
La situación se complica aún más considerando que las personas que están falleciendo son las que se ubican por encima de los 55 años, y especialmente aquellas con patología de base, vale decir, en las que subyacen enfermedades crónicas, como cardiopatías, hipertensión arterial, diabetes, cáncer o afecciones crónicas del aparato respiratorio.
... más que morirse POR el coronavirus, se muere CON el coronavirus...
Es por ello que a falta de un tratamiento debemos poner énfasis en las actividades preventivas, a fin de evitar contagiarnos con la enfermedad y, hasta donde sea posible, aumentar nuestras defensas naturales.
Entre las primeras debemos considerar las siguientes:
Lavarse constantemente las manos y la cara. Pueden emplear agua y jabón, o alcohol en gel, y hacerlo por no menos de 20 segundos.
Usar un desinfectante de superficies. Preparen una galonera con 70% de alcohol, 30% de agua, una tapita de Lejía y otra de Agua Oxigenada, para rociar chapas, grifos y manijas.
Evitar aglomeraciones tanto públicas como privadas. En las actuales circunstancias, no es recomendable asistir a eventos masivos ni organizar reuniones de cualquier índole.
Limpiar y ventilar constantemente la casa. Elimine todo tipo de desperdicio, use pañitos descartables o rociados con solución desinfectante y deje correr el aire.
Mantenga sus baños funcionantes e impecables. Ya se sabe que el virus se elimina con las heces, así que es menester guardar los cuidados típicos frente a enfermedades diarreicas.
Entre las segundas debemos contemplar las siguientes:
Vacunación inmediata contra la Influenza. Las personas que se vacunan cada año contra la Gripe Estacional parecen estar mejor defendidas contra el coronavirus.
Vacunación inmediata contra el Neumococo. Brinda 5 años de protección contra este tipo de bacteria que podría complicar aún más la infección por coronavirus.
Suministrar Vitamina C complementaria. Su absorción digestiva es muy limitada, por lo que sugerimos su administración endovenosa con bomba de infusión cada 15 ó 30 días.
Ser prudentes con el uso de Cortisol y Antiinflamatorios. Los corticoides reducen nuestras defensas, lo mismo que algunos desinflamantes, como el Ibuprofeno.
Alimentarnos Bien, mantener Controlados nuestros padecimientos, Dormir lo suficiente y Evitar conductas que incrementen nuestros riesgo de contraer la enfermedad (ABCDE).
Recuerden, se trata de una enfermedad gripal, y como tal muy contagiosa. Aproximadamente 80% de los afectados la pasarán como un resfrío común, pero 20% desarrollarán un cuadro más severo, especialmente aquellos que tienen mayor edad o patologías previas que comprometen su sistema de defensas. Lamentablemente, de estos últimos pueden llegar a fallecer 1 de cada 5 pacientes. Conclusión: cuidémonos por nosotros y por nuestros padres y abuelos.
Manténganse informados a través de nuestras infografías en las principales redes sociales.
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