Síndrome de Corazón Roto
- Ricardo Santos

- 13 ago 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 27 nov 2019
El Síndrome del Corazón Roto es una enfermedad cardíaca temporal, generalmente provocada por situaciones estresantes, en especial el deceso de un ser querido.
Fue descrita hace aproximadamente 30 años en el Japón, donde fue denominado Enfermedad de Tako-Tsubo, en alusión a la deformación del corazón que producía, muy parecida a una vasija nipona con dicho nombre.
Los primeros estudios se enfocaron en mujeres que habían enviudado recientemente, y que se morían de infartos a poco de haber perdido a su pareja. Este fenómeno no es ajeno a otras culturas, donde se suele observar que "uno se lleva al otro" tras corto tiempo.
Hoy sabemos que no sólo los fallecimientos, sino también las malas noticias, la pérdida del empleo, y en general cualquier situación que produzca estrés, pueden desencadenarlo. De ahi que actualmente se prefiera llamarle Miocardiopatía por Estrés.
El cuadro se caracteriza por dolor al pecho, palpitaciones y sensación de falta de aire, entre otros síntomas de clara filiación cardiovascular. Y aunque en la mayoría de los casos se trata sólo de eventos transitorios, en personas realmente cardiópatas puede conducir a un ataque cardíaco fatal; de hecho, esta contingencia fue la que despertó el interés por el tema.
Estudios ecocardiográficos han demostrado la presencia de disquinesia apical, vale decir, el abombamiento de la punta del corazón, y la respuesta compensatoria (hiperquinesia) de otros segmentos del ventrículo izquierdo. Tales hallazgos han permitido explicar el aspecto de vasija japonesa que dio en su momento nombre al síndrome, así como los eventuales síntomas, al producirse una alteración temporal en la función de bombeo del corazón.
En cuanto a los mecanismos involucrados en su génesis, se ha postulado un incremento masivo en las cifras de hormonas de estrés, como adrenalina, noradrenalina y cortisol. Estas sustancias son capaces de constreñir nuestras arterias coronarias, incrementar nuestro ritmo cardíaco, y generarnos retención hidrosalina, lo que explica cada uno de los síntomas antes descritos.
Se sabe que es más frecuente en mujeres, en mayores de 50 años, y en personas que padecen patologías neurológicas o psiquiátricas preexistentes, como ansiedad, depresión y, peor aún, codependencia. Estas son coincidencias notables con otra patología poco elucidada, como es el Síndrome X Coronario o Angina Microvascular, con la que podría guardar relación.
Asimismo, hay medicamentos que incrementan el riesgo de padecer este síndrome, como el uso de betagonistas simpáticos, antidepresivos y hormonas tiroideas.
Felizmente, el cuadro suele ceder en el lapso de pocos días o semanas, pero amerita ser tratado médicamente, lo cual se basa en el empleo de betabloqueadores, calcioantagonistas y sedantes.




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